Evanescenses of the image
Evanescencias de la imagen
©Por bdel Hernández San Juan
Houston, texas
La galería de arte de Galveston situada en el edificio de la Fundación creada por la promotora angloamericana Key Burnet y en la cual se exponen y presentan sucesivamente muestras de artistas de Texas tanto como de artistas anglos provenientes de otras regiones en Estados Unidos, ha presentado recientemente una muestra individual con las pinturas de la artista anglo-venezolana Surpik Angelini.
Bajo el título “Memorias Evanescentes”, las pinturas de Angelini sugiere una nueva inclinación en su obra plástica.
La obra plástica de Surpic se ha caracterizado en años anteriores por dibujos metafísicos que remiten en algo a un tipo de surrealismo metafísico alusivo usualmente a espacios arquitectónicos recurrentemente vacíos en los que se evoca un mundo de silencio e ingravidez, Ello en esta artista proviene de su formación como arquitecto, la presencia de líneas, alusiones a planos y una estética constipada y recreada que evoca obras utópicas anteproyectadas por ella y recuperadas por la belleza de sus dibujos, pero no realizadas.
Me refiero sobre todo a refinados collages en los que Surpic recicla de sus postales generalmente de museos o con motivos del arte que recolecta en sus viajes, fragmentos escogidos de las cuales, luego reordena creativamente según una nueva composición.
Aquellas piezas explicitaban en tanto imágenes fragmentos a ciertos pasajes de la pintura en la historia del arte, desde el arte griego clásico, hasta la pintura renacentista, barroca, alguna alusión a la medieval, y la pintura moderna, obras bidimensionales usualmente montadas a paspartú y madera.
Estas pinturas mas recientes, de inclinación más bien abstractas son realizadas por Surpic luego de extensos procesos de estucado de la superficie proveyendo a esta de una densa porosidad y consistencia en capas blancas. Las mismas contrastan en su atmósfera con los trabajos tridimensionales de Surpik.
Realizadas luego de exponer las telas al estuco y sucesivamente el estuco a los efectos de una pintura de tintes textiles trabajada con aerógrafo, pintura que se utiliza para teñir telas, sabanas, manteles y vestuario; las atmósferas de estas pinturas sugieren la rica y a la vez inusitada ambivalencia de incluir una pincelada intencionalmente estilizada, mientras resultan de las variaciones a que la tela queda expuesta como resultado del efecto de los tintes. El tipo de tintas de que se vale Surpik tiende a teñir la superficie resultando, donde queda la tela directa, en efectos de teñidura-altamente variables en tanto en las áreas en que quedan las acumulaciones de materia de geso propias al estucado, sugieren colorantes sobre la pasta con su cremocidad secada. Al endurecer las capas de geso tienden a proveer las telas de un efecto en que parecieran como viejas paredes el cual, sin embargo, dada la variedad en los colores provenientes desde las tintas, les ofrece una ambigüedad de parecer entre paredes gastadas, telas teñidas y paredes en geso coloreadas.
El contraste ante las obras tridimensionales de Surpik es tanto o más notorio que ante aquellos dibujos y collages bidimensionales; sin dejar de percibirse per ser a las diferencias, también un estilo.
Algunas obras tridimensionales de Surpik consisten en elementos simples tomados de la vida cotidiana tales como ladrillos rojos pequeños y pedazos de maderas, con los cuales crea piezas que se sitúan entre la instalación y la escultura por el hecho de estar a la vez dispuestas y conformar un volumen como si fueras pequeños retablos, a veces alusivos a repisas, nichos o altares, pero de modo muy abstracto, con elementos mínimos, evocando un mundo de espiritualidad y ritual femenino.
Estas piezas, sin embargo, por el modo en que la artista combina los elementos, aluden en sus formas a nociones como las de ensamblaje, por la relación contigua entre materiales de diferente cualidad, ladrillo rojo, madera usada, pedazo de tronco de árbol, algo que la artista le pinta al ladrillo, y por el modo en que las ubica.
Podrían por lo mismo entenderse, ora en sentido surrealista como una modalidad dentro de lo que he definido como un surrealismo liminal --suerte de tenue tono surrealista a elementos pero en forma más bien mínima--, ora como alusiones a ciertos fenómenos instalativos propios a la cultura tales como relicarios, retablos, fragmentos en un taller, un área en un jardín, etc.
Sin remitir a imágenes que denoten iconográficamente a cualquiera entre estos referentes, por el modo de combinar el ensamblado de materiales varios, algunos serializados y otros directamente en su forma natural, y por la forma en que los distribuye en el espacio conformando una disposición y un volumen, estas piezas sugieren la ambivalencia de, siendo indudablemente piezas artísticas, parecer lo mismo una instalación o una escultura, que una forma artística y creativa inspirada en elementos de la cultura tales como retablos, altares, relicarios; algo que podemos encontrar en su jardín, etc.
Algunas entre estas piezas resultan precarias tanto en su estética como por la fragilidad del modo en que están hechas.
La precariedad parece en ellas tanto un elemento estético como una expresión del estilo de vida que lleva la artista.
Muchas de sus obras, de hecho, permanecen realmente en cualquier espacio en sus jardines habiendo quedado en los mismos, sin estar propiamente presentadas, otras preferidas por ella, están expuestas dentro de su casa y algunas han sido mostradas en sus exposiciones.
Los dibujos y collages fueron presentados por Surpik en una exposición individual de la artista en la Galería Muddy en las Mercedes, Caracas, en 1996, mientras las piezas tridimensionales se han mostrado menos; un ejemplo en este sentido fue su presentación instalativa para una exposición colectiva de mujeres en la Galería de arte del Museo del Holocausto en Houston, hace algunos años.
El tono surrealista en la plástica de Surpik que he referido antes, por momentos se ha acercado, sobre todo en instalaciones recientes que ha dibujado, a un tipo de mirada casi minimalista hacia el surrealismo que he discutido, sus piezas podrían verse como acercamientos de cierta sensibilidad hacia el surrealismo desde atmósferas más propias a un minimalismo basado en los materiales.
Una referencia en el surrealismo temprano y otra en neominimalismo actual podrían situar a nivel de estéticas dos imágenes entre las cuales se moverían estas instersticialidades que he propuesto críticamente, en un lado, de Chirico, sus atmósferas metafísicas basada en elementos de la arquitectura, y en el otro, Mel Chin, artista joven actual conocido en nuestra escena anglo en el arte, más acentuadamente por su presencia en Houston y en Texas con sucesivas exposiciones.
Algunas entre las pinturas presentadas por Surpik en Galveston en 1998 estuvieron presentes previamente en su muestra anterior en la Galería Sicardi en 1996 sólo que esta vez el conjunto incluye varias nuevas.
Sin embargo, sobre todo las piezas tridimensionales evocan un poco cierto tipo de estéticas propias a las alusiones que desde el high art en Texas son recurrentes a ciertas estéticas que podemos encontrar en las llamadas expresiones vernáculas tejanas, resultando en cierto modo a la vez en una actitud crítica hacia las mismas, tanto como en otro sentido, en una exaltación a sus valores y belleza estética.
Los aspectos en esas estéticas vernáculas, creativa y sutilmente evocados desde el high art, se vuelven también actitudes estéticas críticas de este último hacia sí mismo.
No en balde Surpik, además de su trabajo artístico presentó en 1989 su exposición colectiva de arte tejano titulada Another Reality en Houston, Texas, Estados Unidos; entre los cuales se puede percibir alusiones desde high art hacia estas estéticas.
Las telas recientes de Surpic se mueven hacia colores pardos, sienas, pardo rojizos y entre diferentes tipos de beichs. Es peculiar el hecho de que, a pesar del alto nivel de impregnación propio a las superficies matericamente accidentadas en sus irregulares zonas estucadas y el efecto de teñido en las zonas de lienzo y coloreado en las de geso, en sus superficies prevalezcan efectos de difuminación que les proveen una atmósfera a la vez lánguida y sentimental.
Este efecto difuminador resulta más bien de la última capa que la artista aplica cuando, luego de haber obtenido el tipo de curtido resultante del teñido y el estuco, esas suertes de paredes, ofrece entonces el acabado final valiéndose de una pigmentación semitransparente mediante la cual cubre como veladura tenue el conjunto, o más propiamente como patina dejando visibles los efectos de las zonas previamente pintadas.
La nueva veladura ofrece al todo un resultado de plasticidad mediante la brocha a pincel mediano y la transparencia que ofrece el aerógrafo.
Sabemos que el aerógrafo por la presencia del aire que transforma el agua en polvo pictórico suministra una pintura acuosa que se despliega como polvo líquido. Algo de lo que podemos ver en estas telas ha sido recurrente en las estéticas de Surpik y puede verse en su primera obra arquitectónica realizada que fue su estudio y taller creador que la artista hizo a la vez para crear y vivir en el garaje y los jardines de su casa en Riveroaks.
La combinación entre elementos modernos basados en figuras geométricas mínimas tales como líneas y triángulos, y otros que aluden a cierta arquitectura tradicional universal que bien podría ser griega, inglesa, alemana o simplemente aludir a diversas tradiciones de la casa victoriana como referencia principal en Texas y especialmente en el área en que Surpic vive.
El concepto de evanescencia que titula su muestra Memorias Evanescentes es interesante y sobre todo en alusión a la memoria. Qué es una evanescencia y qué discutir como propiamente evanescente en lo que respecta al concepto tanto como en lo que respecta a las imágenes evanescentes de la memoria, que la artista ha escogido como el título para sus nuevas pinturas. En el concepto de evanescencia suponemos directamente una imagen, si es evanescente lo que evanece es la imagen. Puede evanecer la imagen toda o puede evanecer en la imagen un momento de ella, una figura, un pasaje o figuras que en esta evanecen.
La evanescencia puede remitir a cierta imagen turbia o borrosa que evanece en el fondo o alguna zona en la pintura, la imagen de una figura humana que parece evanescer fusionándose en el paisaje o difuminándose entre otras formas. Puede también sugerir imágenes que han tenido una cierta forma que con el tiempo se van borrando. No es propiamente el borrarse de la imagen como si esta resultare gastada o impresente perdiéndose a la vista, sino antes bien el modo en que la misma queda en un nuevo modo.
Una memoria evanescente puede sugerir la imagen de la neblina en una ciudad cuando los techos y paredes de las casas parecen evanescer, o puede sugerir las imágenes que uno mismo tiene sobre determinadas ciudades o lugares en que ha estado y vivido, o personas que ha conocido, pero cuyo recuerdo se hace más activo respecto a las emociones que estuvieron relacionadas a las vivencias en el momento en que estas tuvieron lugar, al ver este lugar, ciudad o persona años después su imagen puede resultar evanescente.
Lo que evanece, sin embargo, evanece más en la medida en que junto a esa imagen en su nueva forma evanecen los recuerdos que relacionamos a la misma.
Un ejemplo en este sentido pueden ser las fotos que reunimos sobre los viajes y visitas que realizamos a determinados países y ciudades bien sea solos o con nuestros seres queridos.
Cuando acabamos de realizar un viaje y observamos las fotografías que han quedado referentes a las vivencias, en estas quedan como evanescentes las memorias que se mueven alrededor de aquellos recuerdos más inmediatos que la imagen en su forma directa remite.
Es interesante, sin embargo, que Surpik ha titulado “Memorias Evanescentes” una muestra de pinturas y no propiamente de fotografías, respecto a las cuales en ocasiones el concepto de evanescencia puede resultar más ilustrativo.
No podría afirmar cuales son, respecto a las memorias emotivas de la artista los pasajes y el universo referencial o denotativo que en las pinturas recientes evanesce para sí misma, pero en tanto espectador informado y como crítico, pienso que lo que evanesce en sus telas recientes son experiencias sensoriales de la ciudad, posiblemente de ciudades que han sido significativas en sus viajes en Estados Unidos, a Europa, o simplemente en Houston la ciudad en que vive; su propia casa. (6)
La evanescencia puede comunicar en ocasiones sentimientos de nostalgia, así como las emociones de leve tristeza que en ocasiones acompañan a ciertas imágenes, no la tristeza como un sentimiento desgarrador, sino antes bien una tristeza en cierto modo sublime, llena de emociones a la vez de belleza, constipada conmoción y pasión contenida por algo que se ama, pero ante lo cual se hace presente un sentimiento de nostalgia.
No podría, sin embargo, trazarse una relación rígida entre la evanescencia en relación a la imagen de la memoria, o los efectos de la imagen, y tales sentimientos, aunque fuere su recurrencia, por cuanto una imagen evanescente también podría comunicar una impresión meramente sensorial y perceptiva.
Abdel Hernandez San Juan
Houston, Texas, United States
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